lunes, 8 de diciembre de 2008

EL EQUIPO A



El equipo A

Confieso que hace ya años que no sé nada de la marcha de la enseñanza en España, si no es por lo que leo, o por lo que me comentan algunos compañeros y mis propios hijos, pues tengo tres dedicados a la enseñanza. Y un yerno. Pero a mi no me gusta hablar de lo que no conozco de primera mano, así que te diré, querido amigo, mis impresiones en los últimos años de mi vida profesional.
Creo que en algún blog anterior te he hablado sobre ésto, sí, por lo que hoy nos lo vamos a tomar un poco medio en broma contándote alguna anécdota con la que te puedes reír, pero no te aconsejo que la analices mucho, pues podrías llorar de pena y de rabia.
Era mi costumbre – ya aprendida de mis maestros y aconsejada en todos los manuales de pedagogía- hacer gratas las áridas lecciones de Matemáticas o de Ciencias, contando alguna historia, enlazando con temas de otras asignaturas, etc. para mantener la atención de los alumnos sin que se me durmieran. En una ocasión, explicando un tema de “los minerales”, me vino a la memoria que yo había estado muy cerca de las minas de Linares, con plomo y plata, y que además contaba con el comercio fluvial de la ciudad de Cástulo, de la que ya te hablé en mi blog anterior “los puchericos”. Aquella ciudad fue poblada por antiguos hispanos, godos, fenicios, romanos…llegando a contar con una población – se dice – de 200.000 habitantes. Quise entonces hacer un descansillo en el tema de los minerales, sus propiedades, etc, para recordar un poco de la historia de la época cartaginesa y romana. Se da la circunstancia de que Aníbal, el gran general cartaginés que tantas batallas ganó a los romanos, en su paso hacia Italia, estuvo en Cástulo, en dónde no sólo reclutó 20.000 soldados para esa campaña, sino que también casó con una princesa llamada Himilce. Pues bien, antes de recordarles toda historia, hice a los alumnos una sencilla pregunta, para entrar en el tema…
-A ver, chicos. ¿Alguno sabe quién fue Aníbal?
Hubo casi un general encoger de hombros hasta que un valiente, muy ilusionado con saber la respuesta, dijo efusivamente:
-¡¡ Yo lo sé, maestro!!
- Pues venga, dilo y cuéntanos lo que sepas…
- Mire usted. Anibal es el jefe del Equipo A. Yo veo siempre esa serie en Televisión. ¡Es muy buena!
Y yo, para no dejar en mal lugar a aquel chico, dije que el Aníbal al que me refería era tan antiguo que no existía la televisión. Ni siquiera los autobuses, pues para ir a Italia, tuvo que trasladarse en elefantes…

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