jueves, 27 de noviembre de 2008

Mis cachorrillos


Mis cachorrillos

Estuve tres años en primero de EGB. La dirección del centro era tan astuta que me halagó proclamando que yo era el mejor profesor de primero que había conocido, que entendía muy bien a los niños, que éstos estaban muy contentos con su profe porque era muy simpático y bueno, que los padres estaban encantados, y bla, bla, bla…. todo para mantenerme en este nivel que casi nadie quería. El primer curso era y seguirá siéndolo, no el más difícil de llevar, sino el que más trabajo te proporciona, porque los alumnos tienen que aprender a leer y a escribir, -entre otras cosas-, como partes fundamentales de las materias instrumentales, absolutamente necesarias para desenvolverse a lo largo de toda la escolaridad. Es un nivel en el que tú tienes que ir siempre delante de éllos, o éllos te alcanzan y te devoran. Hasta el más mínimo detalle ha de estar previsto.
Mi idea era incorporarme a la entonces llamada Segunda Etapa, constituída por los cursos sexto, séptimo y octavo, y que al final de los mismos se optaba al Graduado Escolar o al Certificado de Escolaridad. Siempre me había ilusionado trabajar con alumnos mayores y así se lo comunicaba un año y otro a la dirección del Centro. Existía un impedimento y es que yo no era especialista en nada, condición sin la que no era posible acceder a dichos niveles. Ni corto ni perezoso me inscribí en la Universidad a Distancia para especializarme en Matemáticas y Ciencias de la Naturaleza, materias en las que siempre me he sentido muy a gusto. Una vez conseguido el título – el “papel”, porque no pasaba de ese rango, ya que cualquiera podía poseer “papeles” que le abrían muchas puertas, pero no dejaban de ser unos zoquetes…- me pude al fin incorporar a la Segunda Etapa.El primer año me correspondió, junto con el resto de profesores que componíamos equipo, hacerme cargo del Sexto Nivel. Pero esto lo dejaré para otro día… que es largo de contar.

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