miércoles, 29 de octubre de 2008

La mili (IV)



Una vez finalizada la instrucción en el campamento de reclutas, el primer acto importante fue la Jura de Bandera, un acto solemne y emocionante para los que creíamos sinceramente que estábamos prestando un servicio a la Nación. En la foto se ve al Teniente responsable de nuestra formación, que era médico, como todos los mando iguales o superiores a él en la Compañía de Sanidad. Atrás y a la derecha de la bandera, el Sargento Primero, que guardaba un gran parecido con Matias Prats (padre). A mí creo que ya me conoces, pero quiero que te fijes en el primero de la hilera, el que lleva el paso cambiado, ¡el único de la compañía al que no hubo forma de enseñarle lo más mínimo! Sólo al final de la mili logró soltarse un poco en el idioma castellano. Te cuento: Manuel Carneiro Roca, nuestro amigo de la foto, era gallego, natural de una parroquia de Lugo – ya sabes que en Galicia llaman parroquias a núcleos pequeños de población-, y que nunca había traspasado los límites de ésta. Hablaba en gallego “cerrado”, que no había manera de entenderlo. Al ser llamado a filas y tocarle a África, de golpe y porrazo, una persona que no había conocido hasta entonces más medios de locomoción que los de cuatro patas, se ve trasladado en tren desde su terruño, hasta Cádiz. Con sólo un día de descanso, tres días en barco, hasta Canarias y de ahí, a las pocas horas, en avión hasta Ifni. Después me contaba él que pasó varios días mareado, sin enterarse de nada, a causa de tantas experiencias. Yo creo que le pasaría igual que si trajésemos a una persona que hubiese vivido hace doscientos años y viese los adelantos de hoy en día… No sé por qué pero me constituí en una especie de tutor del amigo Carneiro, bien porque me enterneció su candor, su inexperiencia, el ver que otros se aprovechaban de él para gartarle bromas y burlarse, bien porque los mandos me lo encomedaron… o sería por las dos cosas. En los desfiles siempre lo colocaban delante de mí, - el día de la jura no sé por qué no fue así- con el fin de que, cuando cambiase el paso, yo le corrigiera avisándole, que las más de las veces no tenía más solución que darle un puntapié en el talón para obligarle a hacerlo. En muchas ocasiones se me cabreaba y estaba a punto de montarme un espectáculo en medio del desfile… pero era encantador por su inocencia, por su sencillez…¿A que le ves cara de bueno? En una ocasión me pidió un pitillo en su medio lenguaje gallego- español…-“Hermosilla, ¿tes un pito?” Y yo le contesté con un poco de humor :” Como todos los hombres, Carneiro”. Él , que era bastante listo, entendió la broma y dijo: “ De exos, no,home. Es para fumare…!”
(Compañía de Sanidad. Vista de los barracones)
Todavia pasé un mes o dos más en la compañía, continuando la formación pero ya cambiando las tiendas de campaña por barracones de madera, y el “comedor de arena” por un sala en la que habia mesas y bancos… todo más decente, vamos. Tuve que aprender en este período cómo realizar la Sanidad de Montaña, especialidad que tenía esta Compañía en Ifni dado lo accidentado del terreno, para lo cual hube de aprender a manejarme con mulos, que constituían las “ambulancias” en caso de necesidad. Todo un poema… sólo tienes que mirar la foto.



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